Hay una saeta que la canta
Joan Manuel Serrat y que en una de sus estrofas dice así...
Quién me presta una
escalera para subir al madero,para quitarle los clavos a Jesús el
Nazareno.
Y cada semana santa me
imagino que ya no es necesario escenificar ese vía crucis pues todo
el mundo ha comprendido que Jesús representó para la humanidad lo
que hacemos continuamente con varios de nuestros mejores valores
internos
Cristo representa en
nosotros la facultad de obrar milagros,la dulzura, la bondad, la
comprensión , la fe, la generosidad, el valor,la entrega, la
capacidad de sanar,de revivificar.A través de su imagen se puede
vislumbrar que las personas estamos dotadas de virtudes que
engrandecen nuestro género.
Al margen de todo los
hechos que acontecieron en aquella época hay una segunda historia.La
que se cuenta de forma sutil, la que se tiene que interpretar por su
simbolismo.La pasión y muerte de Jesús es una demostración física
de lo que en su conjunto representa ese personaje.
Cuando observo las
imágenes en las que un hombre lleva a cuestas un madero vuelvo a
invitar a quienes así lo deseen a meditar qué parte de ti, de
nosotros está arrastrando esa pesada carga.Imagino que somos todos
los que estamos transportando esa cruz y que lo hacemos porque no
hemos creído verdaderamente que somos hijos de “el altísimo”,igual
que no lo creyeron los Fariseos esa otra parte de nosotros que se
rige por otro tipo de poder que muestra lo que cotidianamente yo
reconozco como miedos.Esos temores que están cuando el hombre no
cree en su propia bondad o no alcanza a percibir que un milagro
consiste simplemente en mantener la alegría de vivir ya que de ella
nacen las ilusiones y las ganas de hacer cosas nuevas y diferentes.De
la pasión por la vida surge la necesidad de experimentar y también
el deseo de compartir.
Enumerar cada uno de las
consecuencias que emergen por tener despierta la alegría en nuestras
vidas es bastante extenso pero si cada uno de nosotros hacemos un
alto para pensar en ello,quizás pondríamos más empeño en para que
nunca nos arrebaten ese sentimiento.
Pero también se puede
voltear la mirada hacia la escenificación de la historia un hombre
al cual se le conoce como Jesús de Nazaret y ver cuáles fueron las
consecuencias de mancillar ,vapulear y despreciar todo lo que él
representaba.Esa es otra forma de ver qué ocurre cuando negamos la
identidad de la pureza de nuestro ser.
Lo mismo ocurre con
nosotros cuando en vez de pasear por la vida a nuestro Cristo interno
vamos arrastrando una cruz.Sentimos que llevamos una pesada carga y
que somos incapaces de avanzar .La existencia se convierte en un
camino en donde la agonía , el dolor y el desamparo forman parte de
lo habitual, de lo cotidiano.
En cada uno de nosotros
anida la fuerza de coger unas escaleras , es decir de elevarse por
encima de las circunstancias que se nos presentan y tener la mirada
enfocada hacia esas facultades que palpitan a flor de piel.En los
aposentos de nuestro Cristo interno podemos encontrar la comprensión
de porqué vivimos determinadas situaciones y recoger de ese lugar la
fe y el valor que necesitamos para pasar página y vivir otro tipo de
acontecimientos.
Esa puede ser una forma
simbólica de quitarle los clavos a quién tenemos en el madero que
en definitiva somos nosotros mismos y quizás las próximas semanas
santas puedan ser representadas con la calles llenas de flores y con
la gente cantando himnos de alegría porque por fin comprendimos que
en una ocasión vino un ser a la tierra inundándola de ejemplos de
cómo somos y de lo que podemos hacer con ello...
Maribel
Bermúdez.Crecimiento Activo.Creando Conciencia.
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