Cada
día abundan más las terapias de todo tipo y entre ellas,las que
tienen que ver con despedir entidades o con acompañar a las almas
que parten hacia el otro lado.
Aquí
os dejo un ejemplo de amor,respeto y confianza ante un acto de
despedida.Os lo mando tal y como lo recibí,pues todavía mi persona
se siente sobrecogida ante tanta grandeza.
Lo
realizó una persona que intenta dar cada día un pasito más hacia
lo que conocemos como vivir y actuar con la conciencia.
Esta
es su experiencia a través de una meditación activa,hecha con el
propósito de ayudar a elevar un espíritu.Quizás por eso es que
algo dentro de ella despertó, quizás acudió a cada célula de su
cuerpo esa memoria Lemuriana y con ella recordó como se ayuda a
alguien a volver a casa.
Esta
vez se ha marchado una gran amiga de mi madre, que ya intuía que se
estaba marchando aunque ella no lo decía.Anoche me llamó mi madre
para darme la noticia, y lo que me salió automáticamente fue
encerrarme en una habitación para preparar un pequeño altar con una
velita, una imagen del Arcángel Miguel, un cuarzo blanco y el aroma
del palo santo.
Llegué
al Mt. Saint Michael con ella, yo escogí a San Miguel como guía, y
ella se abrazó a Jesús como una niña que se funde en los brazos de
su padre. De repente sentí la necesidad de pronunciar 12 OMs, y cuál
fue mi sorpresa cuando comencé a pronunciarlos en voz alta, y TODOS
los guías y maestros los pronunciaron conmigo (piel de gallina al
recordarlo). Vi a los 72 maestros de la Cábala como si fueran un
coro de gospel, colocados por filas, en los peldaños de una
escalera que no había visto nunca dentro del templo. A medida
que íbamos repitiendo el mantra, frente a ella y a Jesús se fue
formando un holograma.Primero era una pequeña esfera que con cada OM
crecía más y más, hasta convertirse en un portal precioso que
emanaba luces de colores que no sabría describir con palabras.
Sólo sé que se marchó por allí y que Jesús la acompañó. Se
llevó muchísimo amor y agradecimiento de todas las personas que
tuvimos el placer de conocerla y compartir con ella agradables
momentos. Y yo me he quedado con un sentimiento muy grande de
agradecimiento, tranquilidad y aceptación. Al terminar los mantras,
hubo un rato de silencio absoluto y al terminar toda la meditación
la palabra PAZ salió tres veces de mi boca.
*Gracias
amiga mía por dejarme compartir con más personas ese momento de
intimidad.
Maribel
Bermúdez.Crecimiento Activo.Creando Conciencia.
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